En la costa peruana, a orillas del Pacífico, se erige un majestuoso castillo que esconde una historia de amor tan profunda como sus cimientos. El Castillo de Chancay, con sus torres altivas y sus habitaciones misteriosas, es mucho más que un simple edificio; es un monumento al amor eterno y un testimonio de la pasión de una mujer.
El Castillo de Chancay es un palacio ubicado en la ciudad de Chancay, provincia de Huaral, en el departamento de Lima. El edificio tiene una extensión de 2200 metros y cuenta con diez salones, 250 habitaciones, 12 terrazas y 4 torreones.
Un Castillo con Alma: La Historia de Amor Detrás del Castillo de Chancay
Este castillo fue en sus inicios obra de Consuelo Amat y el arquitecto León Rolando. Su origen imaginativo se debe a las influencias que Consuelo Amat recibió durante su estancia en Europa, donde aparte de aprender la cultura de este continente también escribió gran cantidad de poemas. La muerte de su esposo en 1924 fue lo que hizo que Consuelo Amat se decidiera construir un lugar donde pudiera recordar y honrar su amor. Cada piedra, cada ventana y cada rincón del castillo fue concebido con el deseo de inmortalizar su historia de amor.
La construcción del castillo fue una tarea titánica que duró varios años. Consuelo supervisó cada detalle, desde la elección de los materiales hasta la disposición de las habitaciones. El resultado es una obra maestra de la arquitectura, un castillo que combina elementos medievales con el estilo local. Era entonces conocido como el Castillo de la familia Boggio.
En homenaje a él lo construyó al borde del acantilado, de manera que al ver al mar podía recordarlo. La obra se inició en 1925 y concluyó diez años después, teniendo como objetivo ser un hogar donde ella pudiera vivir con toda su familia.
Un Refugio para el Alma
El Castillo de Chancay se convirtió en un refugio para el alma de Consuelo. En sus paredes, encontró consuelo y paz. Cada habitación cuenta una historia, cada rincón guarda un secreto. Caminar por sus pasillos es como adentrarse en un mundo de ensueño, donde el tiempo parece detenerse.
Un Legado que Perdura
Tras permanecer abandonado por casi tres décadas, Juan Barreto Boggio, nieto de Consuelo, tomó a su cargo la remodelación del castillo, de acuerdo a los planos ideados por su abuela y procurando conservar su estilo medieval. Ya por entonces era conocido como el Castillo de Chancay, en torno al cual corrían las más variadas leyendas.
Un Destino Romántico
Hoy en día, el Castillo de Chancay es uno de los destinos turísticos más populares de Perú, con una infraestructura de aproximadamente 15.000 m² dedicada al alojamiento y la recreación. Miles de visitantes acuden cada año para conocer su historia y disfrutar de su belleza. Las parejas enamoradas encuentran en este lugar un escenario romántico para celebrar su amor, mientras que los amantes de la historia pueden sumergirse en una época pasada.
Un Símbolo de Amor Eterno
El Castillo de Chancay es mucho más que un simple edificio; es un símbolo de amor eterno, un testimonio de la fuerza de los sentimientos y un recordatorio de que el amor puede trascender la muerte. Al visitar este castillo, los visitantes no solo admiran su belleza arquitectónica, sino que también se conectan con la historia de amor que lo inspiró.
En este castillo realizan actividades para sus turistas, en el siguiente vídeo Anderson, mi esposo, peleó con 4 piratas: